Sin duda el meteorito que más expectación causó en España fue el del 10 de febrero de 1896: "Fue casi tan importante como el de los Urales. Se recogieron restos desde Vallecas a Moncloa, que pueden verse en el Museo Nacional de Ciencias Naturales", recuerda el astrónomo. Hubo varios heridos, entre ellos el farmacéutico Pedro Esteban, que fue herido levemente en la frente por lo que se describió como granos de meteorito.
"Se ha sentido hoy en Madrid un bólido o aerolito que ha sembrado el espanto por todas partes y ha producido gran número de incidentes y de accidentes", informaba el diario La Vanguardia en su crónica del 11 de febrero. "A las nueve horas, veintinueve minutos, treinta segundos, se vio una iluminación intensa en la atmósfera de un color blanco azulado, y tan intensa que penetraba hasta las habitaciones interiores. El día era hermoso, de sol radiante y viento casi calmo", detallaba la información meteorológica.
Según se recoge en otros documentos de la época, como la crónica de la Gaceta, los ciudadanos describieron el fenómeno como un vivo relámpago de luz blanca azulada o rojiza que iluminó intensamente la ciudad durante alrededor de un minuto. También se oyó una fuerte explosión que hizo temblar los edificios y se registraron roturas de cristales en algunas zonas.
Oyóse un estampido sordo e intenso, seguido de otros muchos pero fuertes, parecidos al de una bala de cañón al pasar por lo alto de un piso. Estos ruidos fueron de duración extraordinaria, pues el fenómeno no duró menos de dos minutos. Mientras tanto producíanse trepidaciones de puertas, vidrieras y ventanas. Parece que se trata, sin embargo, del paso a través de la tierra de uno de estos cuerpos celestes, de origen poco conocido, tal vez restos de algún cometa, que en virtud de su inconcebible velocidad, de 40 a 60 kilómetros por segundo, al chocar con la capa atmosférica densa y comprimida se inflaman y estallan", relataba el periódico catalán.
Ese mismo día, entre las 9.30 y las 11 horas de la mañana, se observaron varios fenómenos, como bólidos, detonaciones o caídas en otras zonas de España (Aranda de Duero y Burgos, Logroño, Baleares y Cataluña). Por los testimonios de los testigos se cree que hubo varios impactos de meteoritos, no sólo uno.
En 1947 se produjeron dos sucesos que se relacionaron con la caída de meteoritos. El 12 y 13 de agosto murieron dos mujeres en Aracena (Sevilla), mientras que el 28 de diciembre se registró la caída de un meteorito en Reliegos (León), que causó un agujero de medio metro en el suelo. Debido a que en las proximidades había una base aérea militar, algunas personas que escucharon el impacto creyeron que se trataba de un avión.
Por otro lado, el 14 de febrero de 1948 una persona murió en un accidente de tráfico cerca de Daimiel (Ciudad Real) que se relacionó con la caída de un meteorito, aunque no está confirmado que se tratara de este fenómeno. Según relataba el diario ABC, un "aerolito" cayó en la carretera, provocando un gran resplandor que cegó a los ocupantes del vehículo. Temiendo que el coche se incendiara, se tiraron del coche. Uno de ellos falleció en el hospital.
En los listados de aficionados y geólogos españoles se suceden muchos otros episodios, algunos de ellos no han podido ser confirmados. De hecho, la colección de meteoritos que custodia el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid tiene más de 240 piezas que corresponden a unos 160 meteoritos diferentes.
Las caídas de meteoritos más recientes y mejor documentadas son las de 2004 y 2007. Según un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales liderado por J. García Guinea, el meteorito de Villalbeto de la Peña, Palencia (4 de enero de 2004), "estuvo acompañado de sonidos, una estela persistente de 30 minutos y más de 32 fragmentos documentados. La masa entrante se pudo determinar independientemente por su luminosidad, por detección sísmica, por detección infrasónica y por radioisótopos, coincidiendo todos los métodos en unos 750 kilogramos y menos de un metro de diámetro. Entró en la atmósfera terrestre a 61.000 kilómetros por hora y estalló a unos 28 kilómetros de altura esparciendo fragmentos en un área elíptica de unos 20 x 6 kilómetros en el norte de Palencia".
El 10 de mayo de 2007 un meteorito cayó en Puerto Lápice, en Ciudad Real. Decenas de personas llamaron a los servicios de emergencias alertando de que habían observado una bola de fuego. Según un estudio de astrónomos de la SPMN, que lograron recuperar 20 fragmentos, es posible que este objeto procediera del asteroide Vesta.
Fuente: El Mundo
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